Seguidores

Mi foto
Cielo parcialmente nublado; afuera no sé.

lunes, 30 de julio de 2012




Confiada, esta vez no tenía preparadas mis armas, no tenía la defensa alta. Pensé que eras una visita ligera.
¡Ingenua y osada yo! No cerré la puerta a tiempo y has entrado, como es tu costumbre, sin permiso y a saco. Te has instalado en el sofá, en la cama, en cada uno de los rincones de la casa. 
En cada uno de los poros de la piel.
Aun hoy, que casi ya anuncias tu partida, tengo miedo de que las palabras salgan inconexas de mis dedos, apenas inteligibles o emborronadas. Miedo a no hacerte llegar lo que el sentimiento dicta, miedo a seguir teniéndote miedo. 
Y me gustaría cerrar los ojos, para que no te pudieras mirar en ellos, tapar los oídos para no oír tu llamada, sellar la boca para no pronunciarte. Pero me siento débil, demasiado débil. Han sido días de niebla espesa, de lluvia constante, de soledad de todo menos de tu compañía. Roto el cuerpo y quién sabe en qué lugar el alma.  Días de pertenecerte entera, de ausencia de todo menos de ti.
Y siendo fiel a mí misma, he de confesarte, para que tu ego crezca que aún en este plantarte cara, has logrado en algún momento hacerme  sentir cobarde, vencida. Has afilado tanto las garras que no he podido evitar las lágrimas saladas, aceradas, impotentes, de igual forma he sentido la rabia recorrerme el cuerpo. 
Y el miedo y la angustia se han hecho compañeras. 






Se me rompe el corazón.


martes, 24 de julio de 2012


Estoy nadando entre  restos porque la ciudad se destruyó, cuando tú nunca más quisiste escuchar mi voz…



Y aquí están los te quiero que nunca te mencionaré, porque  anoche llore y hoy me siento libre, y no te quiero retener.


Te quiero porque no te puedo tener, estiro los brazos y no puedo abrazarte.
Te quiero porque estas en mi cabeza y no sales de mis pensamientos.
Te quiero porque poesía eran tus ojos cuando me mirabas.
Te quiero porque te ocultas en algún lugar entre mi pulmón izquierdo y mi tercera costilla.
Te quiero porque eres la pieza que hace que todo encaje.
Te quiero porque basta con que me digas “puedes” para que lo acabe por conseguir.
Te quiero porque quizás puedas ser más de lo que yo creo que ya eres.
Te quiero porque  la mensajería instantánea no tiene ningún sentido sin ti.
Te quiero porque te queda bien el negro.

Te quiero porque aunque todavía no sepa qué parámetro nos hace a ratitos compatibles indeterminados, sé que si cuento contigo todo será más fácil.
Te quiero porque te quedaste con el as de corazones...


Te quiero porque aún no puedo amar, quiero que me sanes,  te quiero y no quiero, porque no te quiero doler y sé que no te voy a tener.









En mi defensa diré que no tengo un corazón autodestructivo, solo tengo heridas que merecen sanar, y antes de poder entusiasmarme con los rayitos de sol, debo llorarle estas letras a la luna.

miércoles, 18 de julio de 2012


A ratos dejamos de existir por separado y volábamos en facción de dos, de ti y de mí, de nosotros, de uno al fin y al cabo.



No me pidas que no sienta amor por ti, no me pidas que cada vez que te mire se me estremezca el alma, que se me aprieten las cuerdas vocales y se me debilite el orgullo arrojándolo por la ventana… No me pidas nada, ni algo que no me hayas hecho sentir tú a mí primero. No me pidas que yo  sea la cuerda y tú la partida… No, eso no, no me pidas que me vaya… No puedo, me quedé atrapada en el paisaje de aquel ayer, en el azabache de tus ojos, y me quedé atrapada en aquel Diciembre…






jueves, 12 de julio de 2012



Cuando sientas que tu casa estalla, 
recuerda que me tienes a mí,
 para apoyarte en mi hombro, para subir.
Recuerda que me tienes a mí :)


En estos momentos es cuando me da coraje estar lejos de ti y conocerte sólo por internet.               
Porque una amiga de verdad debería estar ahí abrazándote, aconsejándote a viva voz, estar físicamente contigo y tratando de hacer que realmente olvides el tema. Pero no puedo hacer más que, escribir a través de una computadora.

No te pediré que no llores, porque yo lloré en abundancia, no te pido que no te deprimas, porque yo mandé el mundo al carajo. 
Sólo seré capaz de pedirte que intentes sonreír. Al principio, lo tomaras como un desafío y te sentirás hasta absurda, tratando de sonreír sin sentir siquiera una huella de felicidad. Al segundo intento será un poco más sencillo. Pero yo quiero que lo sigas intentando hasta que saques el (POWER) y te pares frente al espejo y seas capaz de reírte de lo absurda que puede ser la vida.
La vida continúa, aunque a veces el camino se llene de tinieblas, de oscuridad, aunque ya no puedas distinguir el camino. 
Posiblemente ahora quieras estar sola, estar contigo misma en silencio. Apagar la luz de la habitación, ocultarte bajo las sabanas y llorar, un poco avergonzada...  cuestionándote sobre cosas que nunca tendrán respuesta humana.

Quizás ahora sea cuando más me necesites y yo no pueda estar allí para ti, para decirte (todo se solucionara), para fortalecerte en mis brazos, para darte mis hombros... Quizás ahora sea cuando más me daña tu tristeza. Porque a mi también me deshace tu destrozo, a mi también me hiere tu herida.

No te culpes, ni te cubras con una túnica llena de injusticias.                                                                

Sonríe, porque sería lacerante ver una lágrima resbalar por tu mejilla. Sonríe y te sentirás libre, sentirás que puedes continuar adelante, que puedes volver a ver el sol brillar.
Y perdóname, por no estar allí. 
Lamento no lograr protegerte como quisiera. 
Perdóname, por encontrarme tan lejos de ti. 
Discúlpame, por nombrarme amiga y no valerlo del todo.


Pasas por malos momentos, pero recuerda que tú puedes con esto y más.






¡Te quiero demasiado María!


Si abrazas el monitor, yo también lo abrazaré… Y lograremos sentir cómo dos corazones se unen al son de un sentimiento único llamado Amistad.