Aún recuerdo cuando la
distancia no era cansancio, era fuerza, eras tú.
A la guitarra de nuestra canción se le han podrido las cuerdas. Ahórrate tu tiempo y deja de cantarme aquella estrofa al oído. Ahórrate la voz, las canciones, excusas, las mentiras.
Me aburre tu verborrea. Me irrita que no sepas distinguir entre yo y el resto. No sé de que bolsillo te sacaste aquello de "Tengo que madurar y por eso tengo hoy que irme..."
No sé hasta qué punto pudiste retorcer mis sistemas nerviosos para que yo te diera entonces la razón y te agregara "Adelante, pero no olvides quererme todos los días del resto de tu vida, aunque ya no vayas a estar conmigo."
Me pregunto qué pasaría si todo diera un giro de 360º, si fuera al revés y de los dos tú fueras el inseguro y desequilibrado... Si yo hubiera sido la que quería pujar por ti.
Tendrias que escuchar las revoluciones con las que desde los útimos días lato.
Quizá entonces tú también podrías sentir este miedo extraño.