Voy extrayendo palabras
que moran entre mi cabeza y mi garganta, quedé afónica por bramar entre
susurros y ya no sé qué decirte. ¿Te amo? ¿Amor? Sonreírte los lunes, desearte los
martes, extrañarte viernes y sábados y
llorarte los domingos, los demás días sería mejor que ni los precise.
Ahora el tiempo me concede la razón, pero yo no quiero la
maldita razón, sólo quise que tú no fueras tan remoto…ni yo tan vulnerable...
Nos quemamos, pero ya volveremos a sentirnos al murmurar. Después
de todo, somos humanos, piel y huesos, nunca debimos fantasear que estábamos concibiendo
algo.